viernes, 4 de enero de 2013

MUCHA GRACIAS QUERIDOS REYES MAGOS


Estimados reyes magos:

Os escribo esta carta, no para pediros cosas, sino daros gracias por las que tengo y he encontrado.

Este año que ha pasado me habeís regalado, sabiduría, suerte y a apreciar lo que tengo.

He aprendido lo que es el amor en una persona que deja a otra a la que todavia ama para que esta siga su camino y siga creciendo como  persona. Gracias a ella encuentro mi camino.

He aprendido que muchas personas dan lo que les sobra por caridad, pero otras muchas ofrecen todo lo que tiene por amor.

He aprendido a perdonar a quienes me habían hecho daño y a valorar lo que ese sufrimiento me había enseñado.

Dar gracias a que los que creí amistades perdidas realmente siempre habían estado a mi lado. A las que encontre por el camino y a los que he tenido la oportunidad de despedirme.

De enamorarme no de las personas sino de sus gestos, de la entereza al enfrentarse a la muerte súbita de un hermano, del cuidado de una hermana que se va y no poder estar a su lado, en los últimos momentos, de la humildad de alguien que se está muriendo pero no dice nada a nadie y sonrie y sale de fiesta para disfrutar los que quizás seán sus últimos momentos con nosotros.

De madres que han traido nueva sangre al mundo y que estos pequeños seres, sin apenas ser conscientes de lo que les rodea, lo cambian todo a su alrededor.

Gente que lucha por sueños, que tienen la consistencia de un papel, o de la letra de una canción... Pero que esos sueños terminaran triunfando por que los empuja el amor con que los hacen. Puedo comprar cosas más económicas pero no con más valor.

Gracias por esa tremenda lección de saber ver el amor en los pequeños gestos, desde esa llamada porque te notan raro, hasta ese cafe en el trabajo con que no contabas y te llega como traído del cielo.

Por ser testigo de gente luchadora, que con la que esta callendo se niegan a sucumbir y cada día sale a la calle con una sonrisa a comerse el mundo, a la gente que sigue trabajando con la misma ilusión con la que comenzó, que al salir de su trabajo tiene tiempo para sus hijos, para enseñarles, jugar y disfrutar de ellos.

De la gente que aprende día a día, y crece a pesar de las visicitudes.

De la gente que supuera sus errores, y que a pesar que la gente los señale  con el dedo, y no le perdone, aún así, han decidido seguir adelante y tener fe, en que esto también pasará y que de aqui sacara un gran aprendizaje.

Gracias por mi autoconocimiento, por mis lágrimas, y mis risas. Por las ganas de superar mis miedos y encontrar fuerzas para seguir mi cámino. Para no temer a la tormenta, sino saber apreciar su belleza.

Gracias por estos maravillosos 365 días de vida, y gracias por los que me brindais cada día.

Muchas gracias mis queridos reyes magos por estos presentes que me habeís brindado.

¿Qué pido para el 6 de enero? 

Qué siempre esteís ahí y que nunca deje de creer en vosotros.

        
Muy atentamente... 

El niño que habita en el corazón de un adulto.